El fin de semana pasado, fui invitado a un cumpleaños, como no tenia con quien ir le dije a mi amigo para que me acompañe (que me haga la taba), este amigo no es cualquier amigo es casi como un hermano, al que te preguntan desde cuando lo conoces, y la única respuesta que tienes es: de chiquititos, con el que has pasado todas tus travesuras, tus chongos, tus decepciones, tus triunfos, tus sueños, tus pendejadas, etc, etc.
Llegamos a la fiesta, ya una vez ahí comenzamos a mirar el panorama, después de eso, animándonos con los tragos como lo hacíamos siempre para comenzar a gilear, empezó la conversación como invariablemente lo hacíamos, hablando huevadas. Después de unas 4 cervezas, ya por mi parte había apuntado mi mirada a dos flacas, que habían llegado solas a la fiesta y estaban desatendidas, sin que nadie les sacara a bailar, conversando entre ellas y mirando hacia donde estábamos de vez en vez.
Ya como siempre, le hice la seña a mi amigo para comenzar a gilear, me pare del mueble donde estábamos y antes de dar el primer paso en dirección a ellas, me dijo abruptamente, Oe Nando me voy a casar, ese comentario me tomo por sorpresa, no sabía que decir, que hacer, si seguir avanzado, pararme, reírme, o decirle como siempre: anda huevon, no jodas.
Ya de nuevo sentado en el mueble, más calmado, después de tomar un buen trago de cerveza, le hice la pregunta del Millón pero ¿Por qué? ¿Has metido la pata? -Nada amigo estoy enamorado, y encontrado en ella algo especial, y sé que ella es la mujer de mi vida, si supieras como me mira, no te imaginas como me hace sentir. Con esa respuesta, sabía que no era una ilusión de chiquillos, un capricho más del amor juvenil, si no alguien que ya comenzó a madurar y a entrar a otra etapa de la vida, es esa etapa de la vida que desde hace 10 años tratas y te propones en no llegar, pero ya cuando te llega es inevitable, nadie te puede sacar de allí.
Ese día no gileamos como antes, seguimos tomando y conversamos durante toda la fiesta de la chica con la que mi amigo se proyectaba a compartir una vida. Ya en mi casa me puse a pensar que ya no éramos los chiquillos de antes, estamos creciendo. Aunque por ahora siento que para mí esa etapa aun está muy pero muy lejos, pero quien sabe que a la vuelta de la esquina, esta hermosa etapa de la vida me esté esperando y ya nadie me pueda sacar de allí.
Roberto Carlos - Amigo
Roberto Carlos - Amigo